Empecemos por el principio.
¿Qué es el Efecto FOMO?
FoMO son las siglas de Fear Of Missing Out (miedo a perderse algo). En los elementos de gamificación, a menudo se relaciona con la Aversión a la Pérdida y la Curiosidad.
Si vamos a recurrir a la Aversión a la Pérdida, utilizada con cuidado, la aversión a la pérdida puede ser una gran manera de fomentar ciertos comportamientos positivos.
Por ejemplo, enseñar a los niños a ahorrar. Si sienten que se han ganado el dinero, (normalmente) tendrán más ganas de NO perderlo.
Sin embargo, los objetos físicos no son lo único que la gente quiere evitar perder. Hay motivaciones mucho más importantes en torno a la interacción social, las conexiones, el estatus, etc.
Si alguien es considerado influyente en sus círculos, no querrá hacer nada para perder ese estatus.
Los niños no quieren perderse “quedadas” para jugar con sus amigos o incluso los abrazos y la validación de sus padres.
¿Qué sucede si los padres usan la expresión “No estoy enfadado, estoy decepcionado”? Duele más que “Si vuelves a hacer eso, pierdes tu peluche”.
En cuanto a la curiosidad,
un poco de curiosidad es algo bueno (a menos que seas un gato….
Todos queremos saber qué hay en la caja, ¿no? Sin embargo, esa “necesidad de saber” puede llegar a ser un poco abrumadora si no se satisface a tiempo.
Sin embargo, FoMO es mucho más que eso. FoMO juega con muchas partes diferentes de nuestras mentes y muchos desarrolladores de software son muy conscientes de ello ahora, ¡y aquellos con una ética inferior a la media están diseñando para machacarlo fuertemente!
CASO FACEBOOK
Un buen ejemplo de FoMO en acción es Facebook. Facebook nos ofrece una ventana a la vida de personas que conocemos y a las que a veces no conocemos tan bien. Vemos fotos de sus comidas, sus salidas nocturnas, sus pensamientos, sus éxitos y sus fracasos.
Pero es más que eso, Facebook ofrece la posibilidad de comprobar el propio estatus social y buscar validación. Cuando uno publica algo, a menudo quiere (aunque no se dé cuenta) que la gente responda de alguna manera. Para que sepas que alguien ha respondido, Facebook te lo notifica.
Es entonces cuando el FOMO empieza a apoderarse de ti: Tu teléfono suena y sabes que hay algo que ver.
Si puedes, sacas el teléfono al instante; si no, te pones a pensar en lo que te has perdido. Si esto continúa, empiezas a sentirte ansioso: “¿y si me he perdido algo realmente importante?”. El teléfono vuelve a sonar, sigues sin poder cogerlo y la ansiedad empieza a apoderarse de ti. Se te acelera el pulso, se te aprieta el pecho: “Oh, Dios, necesito saber qué está pasando, ¿qué me he perdido?
Por fin puedes comprobarlo, satisfaces tus necesidades, sólo para ver que es sólo un vídeo de unos amigos, te mandan un gato revolcándose.
Ansiedad y depresión
Consejos para evitar el Evil FoMO
- ¿Por qué necesitas que la gente vea esté atenta?
- ¿Necesitan verla de inmediato?
- ¿Eres tú el que quiere que se interesen por tu programa o tus potenciales clientes son los interesados?
- ¿Quién controla realmente la experiencia?
- ¿La experiencia la controlan los usuarios o tú, la persona que crea la experiencia?
- ¿Es fácil resolver una inquietud de tus potenciales clientes?
- Notificar a los usuarios una “demora” en entregar algo es una cosa, pero utilizarla para crear un estado de FoMO plantea algunas cuestiones éticas reales que debemos estudiar mucho más a fondo en nuestro sector.
Diseña una conclusión eficaz
Piensa cómo el efecto FOMO lo utilizan los “gurús” para manipular. Recapitula los puntos o argumentos principales que has tratado. Reitera tu propósito.
Refuerza lo que es importante que el público se lleve de lo que has contado, la experiencia.
Ahora que ya sabes cómo captar y retener la atención de forma básica
¿Cómo puedes crear estas experiencias e implementar esta estrategia de gamificación en tu negocio?
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